lunes, 29 de septiembre de 2008

La Sorbona

Hoy, lunes, mi primer día de clase en París. Se acabó el cuento de hadas: entremezclada entre las masas de estudiantes que entran y salen de los anfiteatros ya no soy una Erasmus. Nadie me habla despacio, y los profesores no ponen un énfasis especial en pronunciar: esto es el mundo real.
Para que entendais un poco como funciona aquí la universidad, os explico: en algunas asignaturas, se organizan tres horas de clase semanales: una de Clases Magistrales (una hora), en grandes anfiteatros, en dónde un catedrático simpático (o no) pero siempre muy ocupado, suelta el rollo y apenas interacciona con los alumnos. O sea, como todas las clases en la Complutense (lo siento, pero en historia por lo menos, es así). Y las dos horas restantes, se organizan en grupos más pequeños de estudiantes, en salas más pequeñas, a fin de recibir una orientación más precisa sobre lo que llaman Trabajo Dirigido; un estudio en el que tu escoges el tema y desarrollas una investigación.
Esto ocurre en algunas materias: en otras, dependiendo de los créditos o del tipo de asignatura, somos grupos muy reducidos, e igualmente hay dos tipos de evaluación: trabajo y examen.
¿Y un Erasmus, que ventajas tiene? Pues para empezar, que puede escoger las materias que quiera: yo, en mi cuarto año de universidad, debería cursar Master 1, pero puedo escoger también asignaturas de Licence, lo cual significa que estudio cosas que ya sé, en muchos casos, lo cual no está mal. Además, casi todos los profesores entienden que al ser un Erasmus las cosas son difíciles para ti: solo tienes que presentarte como tal y… sorpresa! En historia (he tenido suerte, por que en otros estudios no pasa), quedas eximido de hacer el examen si no quieres (y por tanto, de ir a las clases magistrales, pero siempre es mejor ir para que el profe vea que tienes interés), y puedes dedicarte a hacer un buen trabajo.
Así pues, se me plantea un año algo más fácil de lo que en un principio había pensado, puesto que no tendré que tomar apuntes y estudiar directamente de ellos (de momento eso creo, veremos en el resto de las asignaturas) pero voy a tener que leer muchos libros en francés, y hacer muchos amigos franceses para que me corrijan los errores garrafales que seguramente meta en los trabajos.
Por hoy, esto es todo amigos… tan sólo permitidme un pequeño y precoz juicio rápido a la universidad francesa: es, en todos los aspectos, mucho más estimulante para el alumno que la que tenemos en España, por lo menos dentro de lo que yo conozco. Estimulante en cuanto a que te permite desarrollar una investigación desde el primer momento en el ámbito que tu elijas, lo cual es una golosina para cualquier historiador: ese trabajo no sólo hace madurar tu capacidad crítica ,sino que te empuja a aprender más allá de la historia clasica y lineal que aprendemos en clases, desarrollas una capacidad de juicio al tener que manejar forzosamente distintos tipos de fuentes, y sojuzgarlas tú mismo. La iniciativa de los trabajos opcionales no está mal, pero… aquí sabes que tu trabajo cuenta un porcentaje ya estipulado de tu nota final, y que tu esfuerzo no caerá en balde ante un profesor pasota (que los hay, por lo menos en la Complu)
Ahora voy a motivarme un poco más viendo los horarios de mañana: como tengo que elegir asignaturas, tengo que cursarlas todas esta semana, para poder contrastar. Aujourd´hui je suis crevée… au demain!

miércoles, 24 de septiembre de 2008

El fin de semana

Este fin de semana han sido aquí en París las Journées du Patrimoine, en las que todos los edificios históricos, museos, galerías de arte (icluso propiedades privadas) quedan abiertas gratuitamente y con visitas guiadas. Así que unos cuantos decidimos pasarnos por la Ile de St. Louis a visitar un Hotel privado que lleva ahi desde el siglo XVII... y fue increible. Por allí habían pasado gentes de la familia real, de la corte, artistas y hasta el mismo Baudelaire. El mobiliario y los frescos de los techos y las paredes eran originales, y el decorado, las lamparas, los candelabros, todo estaba tal cual...
Por otra parte, y debido al precio altísimo de los bares en París (puedes llegar a pagar 7 euros por una cerveza)algunos hemos decidido pasar de los clubs y bares (que les gustan tanto a los alemanes) e irnos a pasar el tiempo al los Jardines de Luxemburgo, a tocar la guitarra de Julio (un italiano muy majo) hasta que deja de dar el sol. Aunuque no os lo creais en los jardines de Luxemburgo hay sillas, sillas sueltas para que la gente las mueva y las ponga donde quiera... y no estan pegadas con cemento! Y nadie se las lleva a su casa ni nada, siguen aquí!
Luego nos fuimos a beber vino (de botella!!) a un puente del Sena. Por que aquí la gente bebe también en la calle, pero de botellas, que hay que descorchar y todo, y se llevan sacacorchos y vasitos y copitas de cristal, y ensaladas y queso... El viernes igual, en la plaza del Trocadero, viendo la Torre Eiffel iluminada (ahora está azul y tiene un faro en la punta), es un lujazo hacer botellón así!
Ya os iré contando más... un besito a todos!

sábado, 20 de septiembre de 2008

No me llames extranjero...

Es curioso como el estar solo en tierra extraña te puede unir de una manera tan fuerte… ni siquiera hemos empezado la universidad, y todas las noches un grupo de Erasmus españoles, italianos, alemanes, suizos, rusos, etc. nos paseamos por el Boulevard St. Michel y decidimos donde podemos ir de fiesta. Por que siempre hay una fiesta para estudiantes en algún lugar de París, y especialmente si eres Erasmus. Y tengo suerte, porque muchas se encuentran en el corazón del barrio latino, es decir, que ni siquiera tengo que coger el metro o el autobús para volver, porque estoy al lado de mi casa.
Es divertido hablar en italiano y cantar “Oh bella ciao” con la letra original, o la cara con la que te miran los alemanes cuando les nombras Ramstein (porque allí se ve que no les gusta nada), y hablar todos en una lengua que no es la nuestra, el francés, masacrándolo cada uno a nuestra manera…
No se si habeis escuchado la cantidad de mitos que hay sobre el Erasmus: es pronto para que pueda decirlo, pero una cosa si es cierta, y es que existe un buenrollismo generalizado entre todos. Comemos, estudiamos y salimos juntos, porque todos (y algunos por primera vez) estamos fuera de casa, y vivimos solos.
Algún día os hablaré de la soledad, y de cómo la estoy sintiendo estos días más que durante el resto de mi vida… por eso creo que nos acercamos tanto los unos a los otros, y es comprensible. Mientras pasemos por la Rue Moufftard, o bebemos cerveza en algún bar perdido de La Place d´Italie, no estamos solos en las habitaciones, en las residencias, en las aulas, solos rodeados de gente extraña. Es precisamente la soledad la que conduce a la solidaridad.
Y la solidaridad nos ayuda a sentirnos un poco menos extranjeros…y un poco más europeos. Por que no pasa un día sin que en una conversación se entremezclen, en cuanto pasamos de la segunda ronda, el inglés, con el francés, el italiano, el español e incluso el griego!
De momento, aunque no haya empezado la universidad, mi experiencia en París es increíble...
Continuará…

lunes, 15 de septiembre de 2008

Comienzos

Acabo de dejar a mi madre en la estación de Neuilli Porte-Maillot, desde donde sale el autobús que la dejará en el aeropuerto de Beauvais, a una hora de camino. Son las cinco de la mañana.
Ya estoy sola en París. Ha sido muy difícil dejarla sin que me viera llorar, pero lo he conseguido.
Los últimos días los hemos pasado viendo Doctor en Alaska y Muchachada Nui, atiborrándonos de té y andando sin parar por las calles de esta maravillosa ciudad, sobre todo por el centro, y conociendo cada rincón del 5º Arrondisement, donde tengo el placer de vivir. Ayer, mi madre se quedó un poco preocupada, por que la sección de “Mundo Viejuno” de Muchachada Nui estaba dedicada a los Erasmus… y os podeis imaginar. Por otra parte, desde que no tengo a Cris de la Mañana en la pantalla de mi ordenador retransmitiendo por onda media desde la K- Oso, todo parece menos interesante… aunque se haya cortado el pelo.
Ya os iré contando poco a poco las cosas que ya conozco, pero como me quedan aun muchos meses de escribiros, prefiero ir a paso lento, y disfrutar más el camino.
Hoy me he dado cuenta de que por la noche, esta ciudad se apaga. Ni la Tour Eiffel, ni otros edificios lucen como a las once, cuando me acuesto. Pero el Arco de Triunfo si lo hace, y es lo primero que he visto desde los cristales del taxi tras salir de la estación, borroso por las lágrimas. Las calles desiertas, y apenas cuatro o cinco coches, pero él seguía encendido.
Al llegar a mi buhardilla, que tanto me gusta, me he dado cuenta de que con sus doce metros cuadrados, era demasiado grande para mí sola.
Creo que me voy a acostar un rato. O a comer galletas “Paquita” (lo más parecido que he encontrado a las digestive) y ver algún capítulo más de Muchachada Nui. Buenas noches.
PD: Acabo de leer los comentarios que me habeis dejado en el blog… no podía haberlos leído en mejor momento, chicos, me habeis subido la moral una barbaridad. Muchas gracias…

sábado, 6 de septiembre de 2008

Ciática

Escribo desde la cama del hotel. Esta ciudad me da ciática. A lo mejor es que las distancias aquí no son como en Madrid: ¿la ópera? ¡Si está ahi enfrente, a dos calles!. Ya.
Total, que bien.
Excepto por este pequeño detalle, todo es una maravilla. Andando por París, comiendo crepes, y encontrandote iglesias increibles, e incluso catedrales por todas partes! Lo que en cualquier otra ciudad habría sido monumento histórico y visita obligada para los turistas, aquí pasa desapercibido.
Tengo ganas de instalarme el lunes en mi buhardilla.
Y también quiero deciros, que seguramente no tenga internet allí, así que actualizaré menos, pero lo haré, lo prometo, e intentaré colgar fotillos cuando tenga el cable de la cámara.
Mientras tanto, que sepais que todos me acompañais, y en especial Maya, que me ha proporcionado con los 10 gb. de música que me pasó, la banda sonora del verano y mi año en París... ya casi no escucho otra cosa que Lisa Ono, Kevin Johansen o McEnroe... Aunque de vez en cuando me pongo un poco Sonata Arctica y esas cosas, para no olvidar raíces...
Besitos a todos, voy a hacer unos ejercicios con mi madre para ver si se me pasa lo de la espalda.

viernes, 5 de septiembre de 2008

Monsieur Auzias

Ahora, mientras escucho "Anoche soñé contigo" de Kevin Johansen, efectivamente todo me parece un sueño... porque por fín lo encontré. El nidito de mis sueños. Una buhardilla en el barrio latino, a veinte minutos de la universidad, una casa USB (Unidad de Supervivencia Básica).
La ducha está en la habitación, pero no así el wc, que tiene su propia llave, y tengo que cruzar un pasillo, al igual que mi armario y el frigorífico. Y la buhardilla... no podía soñar con nada mejor. Cuando la vi supe que era para mí. ¿De precio? Practicamente tirada. No me podía creer que no estuviera cogida... y el fantásico y bohemio dueño, Monsieur Auzias es la definición perfecta de "charmant", amigo de Paco Ibañez, y profesor en una facultad cercana. A él le tengo que agradecer que, pese a que tras de mi llamaron dos chicas, él les respondió que "la chambre est déjà loue, et c´est pour Lara", pronunciando mi nombre con un adorable acento francés. Incluso me dijo que no nos cobrará ni fianza, e incluirá en el precio todos los gastos menos la electricidad.
Monsieur Auzias, ca c´est pour toi!
¡Gracias por todo, hoy soy feliz!

jueves, 4 de septiembre de 2008

Mi llegada

A las 9:30 de la mañana, tras haber cogido un autobús que me llevaba de Soria a Madrid a las 21:00 del día anterior, llegué a París.
Lo primero, localizar el hotel. Lo segundo, planificarme, y visitar mi facultad por que hoy a las 9:15 tenía una cita con el coordinador, y un examen (maquiavélico) para evaluar mi nivel de francés a las 16:00 en otro lugar.
Así que, con el ánimo encendido y sin dormir, mi madre (que ha venido a acompañarme, gracias a Dios) y yo, nos dirigimos alegremente a mi facultad a pie (sin entender que 15 cm. en un mapa como ese eran aproximadamente 3 horas andando).
Por el camino, ocupadas en apreciar que hasta los edificios mas torcidos de la calle más recóndita y miserable tienen aquí molduras dignas de Gran Vía, no nos dimos cuenta de que el edificio de la Opera se cernía sobre nosotros... por fortuna, un ángel dorado nos avisó a tiempo, y pudimos contemplar a la vuelta de la esquina a los bustos de los grandes genios de la música, que pasaron de nosotras y siguieron escrutando el cielo de París con ojos vacuos.
Pronto llegamos al museo de los museos, el Louvre, y cruzamos por su patio interior para acceder al Pont Royal. Callejeando, dimos con el Panteón, y mi facultad. Y por supuesto, la sempiterna Tour Eiffel vigilando desde cada rincón de París.
Demasiadas emociones para un sólo día, un día de 48 horas, así que nos dormimos exaustas tras llegar al hotel en RER.
Esta mañana, la entrevista y el examen.
Y esta tarde, he llamado a cerca de 50 pisos, me han respondido dos, y uno de ellos no tengo nada claro que podamos ponernos en contacto para quedar... El resto son contestadores, habitaciones ya alquiladas, y racistas que no quieren estudiantes españolas. C´est la vie.
Con el francés... pche. Puedo hablar, y entiendo si no hablan demasiado deprisa. El problema es que hablan a velocidades supersónicas cuando se arrancan...
Por hoy, esto es todo... la cama me llama.
Au demain!